martes, 2 de marzo de 2010

Un marco sin foto.

¿Han visto alguna vez uno?. No hablo de los que están en las estanterías de una tienda, me refiero a uno que de tanto verlo ya ni se observa. Quítale la foto a uno que tengas cerca, déjalo así, luego, pasado un tiempo obsérvalo, estúdialo, verás los detalles, su forma y colores, ves el soporte que evita se derrumbe sobre la mesa, ves el fondo en el cual sabes con certeza debe haber algo, intentas recodar qué o quienes llenaban ese vacío, ese hueco; intentas otorgarle un valor a ese artilugio creado con el único afán de que recordemos, ni siquiera importa con que llenarlo, lo verdaderamente importante es que ese vacío deje de serlo, lo que importa en ese momento es llenar ese hueco cumpliendo así con la misión del marco.

El marco ahora tiene su foto. El vacío se lleno.
El marco soy yo. El vacío mi adentro.

Puede pasar conmigo lo que con el marco, que de igual con que llenarlo, puede que hasta me satisfaga el elemento que ha de encargarse de llenarme, es más, puede ser incluso que hasta me sienta feliz después de colocada la foto. No a todos los marcos le quedan bien todas las fotos. Como al marco, hay que darle un sentido a las formas, los colores deben verse porque así, solos, no valen nada. El soporte ha de soportar algo después de todo. Sino mejor que simplemente caiga, se rompa, se recoja y a la basura.

Quisiera sentirme por fin lleno de algo, estas tú, como una foto que nunca se hizo, ocupando un espacio que sabes que existe pero que jamás conseguirás saber cuanto mide, porque al final un espacio vale solo por su medida, quizá tu medida ni siquiera quepa en mi marco, pero es que y aunque triste, ni eso lo sabré nunca. Una foto no se imagina, se captura. Puedes imaginar el mejor de los paisajes, pero si no estas ahí para hacer la foto para el marco nada tiene sentido. Mejor empezar entonces las búsqueda de otra foto, de otro camino, la búsqueda en fin de uno mismo, para que la vida, como el marco, tenga también su misión completada. La vida como el marco debe servir para recordarnos lo que tenemos adentro; la vida como el marco ha de saberse llena para realmente justificar su existencia. Aunque claro, queda por escoger la foto correcta, pero eso ya mejor lo dejamos para otro día.

Solo una cosa mas. ¿Quién se acuerda dónde quedo la foto que quitamos antes?.

2 comentarios:

Mariposa traicionera dijo...

Cuando uno ya no sabe que más decir..es mejor guardar silencio..y así me quedo después de leerte..
shhhhhhhhhhhhh..silencio..


..la de los futuros inciertos..

Un saludo..

Anónimo dijo...

Que se haga el silencio entonces.